agosto 05, 2008

Copas Viejas

Llegó antes que ella y preparó una cena especial. Velas, flores, música tranquila y las copas del casamiento, que con esmero dejó relucientes. Ropa elegante para la ocasión, perfume francés. Sentado en el sofá esperó. Y esperó. La cena fría y él en el sofá, bebiendo la tercera copa. Y esperando se durmió.
Despertó al escuchar el ruido de la puerta. Una mujer desconocida lo miraba con cara de cansancio. ¿Quién es usted? Preguntó. La mujer ensayó una mueca y meneó la cabeza. De nuevo con esas tonterías, dijo ella, mira, estoy agotada de tanto trabajo, encima estuve casi una hora retenida en la misma calle. Tuvo miedo, tal vez era una loca recién escapada del manicomio. Yo a usted no la conozco, agregó. Sos tonto, eh, o loco… no sé, estoy exhausta, me voy a dormir. Antes de subir la escalera dio media vuelta y preguntó: ¿vienes a dormir o qué? Luego subió despacio los escalones y se perdió en el rellano. Ésa mujer no es mi esposa, pensó, e intentó respirar con tranquilidad. Agarró la copa y subió lentamente las escaleras. Cuando estuvo en la puerta de su cuarto se sintió ridículo, ¿cómo iba a defenderse con una simple copa? Esta desquiciada debe estar atrás de la puerta. Dudó un segundo. Bajó las escaleras y fue rápido hasta la mesa del teléfono. Llamó a la policía. Una mujer extraña ha tomado mi casa, dijo entre susurros, ahora está en mi cuarto; por favor, vengan cuanto antes que no sé lo que es capaz de hacer. Sentado en el sofá respiró un poco más tranquilo. Por si acaso, aún empuñaba en su mano la antigua copa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me da pena la historia, parece mentira que con todo lo que la humanidad ha conseguido en tan poco tiempo, no haya cura para algnas enfermedades tan comunes.

Urs Rocambouche dijo...

Capitana, no se afliga... a veces imaginamos ficciones para tener presente o para entender antiguos errores.

malditas musas dijo...

Su historia me gusta porque tiene clima, señor Z.
Cuántas veces, me pregunto, he sido el que esperaba con la copa y al mismo tiempo esa desconocida.

Bss reflexivos
musa

V a l e n t r i n i t y dijo...

Zeta, este cuento se emparenta con el cuento de la Musa:
círculos, espejos, dobles, desconocidos, desencuentros, parejas...
será cosa de argentinicidad?