julio 31, 2008

Terceros vencidos

Llegó cansado del trabajo. Revoleó la corbata y se sorprendió de su destreza para acertar en el perchero. Bajó la cabeza y descubrió la sonrisa enorme de su hijo. ¿Es verdad que de chiquito querías ser payaso en un circo? Lo abordó con la mirada encendida. ¿No querés saber cómo vienen al mundo los bebés? Preguntó el padre, disimulando con aire cómico una repentina incomodidad. El niño lo observó, serio, y no dijo nada. Lanzó el saco y de nuevo otro acierto en el perchero. Después se quitó las medias, las olió y buscó con la mirada el cubo de ropa sucia. Hizo el gesto, pero ya no quiso tentar a su suerte.

6 comentarios:

malditas musas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
malditas musas dijo...

Me acabo de dar cuenta de que estos micro tuyos son (muy buenas) fotografías.

Me gustan mucho las imágenes...

bss
una musa dormida y currante

La Morsa a la Deriva dijo...

Joder, el tío encestó una corbata en un perchero. ¿Qué hace que no está trabajando en un circo?

V a l e n t r i n i t y dijo...

que´hace que no integra un equipo de basketball?


lindo, de verdad lindo relato

Anónimo dijo...

Breve, pero bueno y con múltiples interpretaciones.

Igual al final sí que trabaja en el circo o en un equipo de baloncesto, como no lo pone... xD.

elruffa dijo...

el pobre oficinista que revive aunque sea por un segundo sus anelos de joven. que imagen mas triste.