junio 24, 2008

Intento de vida

Sentado en el catre observa la piecita. Vivo en una pensión que es un poco más vieja que yo, se lamenta, y los recuerdos llegan en malón. El temor de la primera noche, las ilusiones de la gran ciudad, los chirridos del catre y una joven señorita que se ríe. No quiere mirar el espejo. Levanta la mano y empuña un arma casi tan vieja como él. Una repentina mueca se apodera de su rostro. Mierda, dice, hace mucho que gatillé.

6 comentarios:

La Morsa a la Deriva dijo...

Me gusta, Z. Y me alegra que hayas vuelto a los courts después de tu lesión.

Tomás Duhalde dijo...

Bienvenido Z!!! Hay un tema recurrente con el suicidio el gatillo y eso. Uno de mis primeros microrelatos tiene eso y el de la chilena el otro día tambien.
En otras parabras, estoy marcando tendencia.

V a l e n t r i n i t y dijo...

en qué se parece un gatillo a un perrillo?

(rumptumptump pst)

(la chilena
ke es eso de la chilena
para mí eso era una acrobatica jugada de futbol)

Urs Rocambouche dijo...

Querido to+, cuando vos aprendías a decir mamá yo pensaba, escribía (en algunos momentos estuve a punto de hacerlos realidad) cuentos sobre el tema en cuestión.

malditas musas dijo...

Ya lo tengo:

Un gallego entra a un banco con un pequeño gato en la mano izquierda. Se acerca a la ventanilla y en tono amenazante le dice al cajero "arriba las manos o aprieto el gatillo"


:)

malditas musas dijo...

Me olvidaba: excelente post.

;)