junio 09, 2008

El que no se escondió se embroma

Aferró su mano al escudo, agachó la cabeza y recordó aquel juego de su infancia. Sonrió. Se bajó del blindado y esperó la orden. Cuando sacó su porra imaginó que llevaba una flor. Quiso reír, pero hizo justamente lo contrario.

6 comentarios:

La Morsa a la Deriva dijo...

Muy bueno.

V a l e n t r i n i t y dijo...

éste está para hacerlo nanometraje!

malditas musas dijo...

En poco espacio has conseguido un buen retrato del personaje.

;)
musa

Tomás Duhalde dijo...

Muy estimulante. Te superaste.

Tomás Duhalde dijo...

le cambié la dirección a mi blog y agregué MRs

http://laverdadsobrelospekineses.blogspot.com/

Nada sé dijo...

Hay personas que se creen ángeles, y viven en el piso treinta y tres para estar cerca del cielo; hasta que una tarde abren la ventana porque quieren echar a volar y saltan al vacío. Acostumbran a dejar libros con las páginas en blanco por las calles. Hay quienes los recogen y los convierten en sus diarios. Mientras escriben en ellos, apoyan un vaso de agua en el escritorio, y observan las ondas que producen los pasos descalzos por el parquet de madera de la vecina de arriba. A veces, la vecina solloza y las lágrimas caen sobre la tinta, y las palabras se emborronan. Eso sucede porque ha habido algún ángel que ha abierto la ventana para intentar echar a volar