junio 05, 2008

El beso

Ella notó un leve ardor en el estómago; él, satisfecho, se sintió más hombre que nunca. Sin prisas volvieron a la rutina. Tocaba aprender la tabla del dos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, muy bueno!!
Lo que no entiendo, es cómo fue que no aprendieron la tabla del dos en la escuela.

Rodolfo, de Valentín Alsina

La Morsa a la Deriva dijo...

Genial, Z.

Urs Rocambouche dijo...

Querido Rodolfo:

Agradezco tu esfuerzo, pero, como Victor, deberás seguir participando. Saludos. Z.
Por cierto, me ilusiona que todavía haya gente tan perspicaz.

malditas musas dijo...

Me has dejado con la boca abierta (y por favor, no quiero ningún comentario de Rodolfo)

Tuve que pensarlo, es que la neurona que me queda con la lluvia quiere dormir la siesta... y con esto de la reivindicación de los derechos de las neuronas, debo permitírselo o va a la huelga indefinida.
Cuando se despertó me dijo que "le había gustado mucho".

Saludos,
musa

Tomás Duhalde dijo...

eres el puto amo

V a l e n t r i n i t y dijo...

Cuando lleguen a la tabla del seis supongo que empezará la censura,no?


te mando un "uno por uno"

(tomando sol en Alexander Platz)